10 minutos al día en mindfulness cambia la manera como reaccionas a todo.

Los líderes de todo el mundo sienten que la cantidad de trabajo sin precedentes en el liderazgo moderno los hace más reactivos y menos proactivos. Hay una solución para este duro y reaccionario liderazgo: el mindfulness.

Habiendo entrenado miles de líderes en las técnicas de esta práctica ancestral, hemos visto una y otra vez que un abordaje diligente al mindfulness puede ayudar a la gente a crear un espacio de un segundo entre un evento o un estímulo y su respuesta a eso. Un segundo puede no parecer mucho, pero puede hacer la diferencia entre tomar una decisión apresurada que conduce al fracaso y alcanzar una conclusión pensada para incrementar el rendimiento. Es la diferencia entre actuar impulsado por la rabia y aplicar la paciencia debida. Es un inicio de un segundo por encima de tu mente, tus emociones, tu mundo.

La investigación ha encontrado que el entrenamiento en mindfulness modifica nuestros cerebros y el cómo interactuamos con nosotros mismos, con otros y con nuestro trabajo. Cuando se practica y se aplica, el mindfulness fundamentalmente altera el sistema operativo de la mente. Por medio de la repetición de la práctica del mindfulness, la actividad cerebral se reorienta de las partes ancestrales, reaccionarias del cerebro, incluyendo el sistema límbico, a la parte más nueva, racional del cerebro: la corteza prefrontal.

De esta manera la práctica del mindfulness disminuye la actividad en las partes del cerebro que son responsables de las reacciones de “corre o pelea” y “actúa, no pienses” mientras aumenta la actividad en la parte del cerebro responsable de los que se ha llamado el “funcionamiento ejecutivo”. Esta parte del cerebro, y las habilidades del funcionamiento ejecutivo que apoya, son el centro de control de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Es el centro del pensamiento lógico y del control de los impulsos. Poniéndolo de manera sencilla, descansando más en nuestro funcionamiento ejecutivo nos pone firmemente en el asiento del conductor de nuestra mente y, por extensión, de nuestras vidas.

Un segundo puede hacer la diferencia entre alcanzar o no los resultados deseados. Un segundo es todo lo que toma hacernos menos reactivos y más en sintonía con el momento. En ese segundo descansa la oportunidad de mejorar la manera cómo decides y diriges, la manera cómo te involucras y lideras. Esta es una enorme ventaja para líderes de trabajos de paso acelerado y alta presión.

Aquí hay cinco datos fáciles de implementar para ayudarte a ser más mindful:

Practica 10 minutos de entrenamiento en mindfulness todos los días. La mayoría de las personas encuentran que las mañanas son las mejores para practicar mindfulness, pero puedes hacerlo en cualquier hora del día. Puedes encontrar un programa de entrenamiento guiado en mindfulness de 10 minutos, un corto manual de entrenamiento o un enlace para encontrar una aplicación de entrenamiento en mindfulness. Pruébalo. Evita leer los correos electrónicos como primera actividad de la mañana. Nuestras mentes, en general, están más centradas, creativas y expansivas en las mañanas. Este es el momento de hacer trabajo centrado, estratégico y tener conversaciones importantes. Si tu lees tu correo al levantarte, tu mente se desviará y empezarás a deslizarte hacia el liderazgo reactivo. Hacer de tu correo electrónico tu primera tarea del día desperdicia la oportunidad de usar tu mente en su potencial más alto. Trata de esperar, por lo menos, 30 minutos o hasta una hora, después de iniciarte en tu trabajo antes de revisar tu correo. Apaga todas las notificaciones. Las alarmas de notificaciones en tu teléfono, tableta o laptop contribuyen significativamente al liderazgo reactivo. Te mantienen mentalmente ocupado y te ponen bajo presión, disparando respuestas reaccionarias. Causan mucho más daño que valor añadido. Prueba esto: por una semana apaga todas las notificaciones de correo electrónico en todos tus equipos. Solo revisa tu correo electrónico una vez por hora (o tan a menudo como sea responsablemente necesario en tu trabajo), pero no verifiques compulsivamente los mensajes a medida que entran en tu buzón. Deja de hacer “multitasking”. Esto mantiene tu mente totalmente llena, ocupada y bajo presión. Te hace reactivo. Trata de mantenerte centrado en una sola tarea y date cuenta cuando tu mente empiece a merodear hacia otras tareas, eso es una señal de que tu cerebro quiere hacer “multitareas”. Cuando esto suceda, cierra mentalmente todas las tareas superfluas que entren en tu pensamiento mientras mantienes tu atención en la tarea que estás haciendo. Ponlo en tu calendario. Programa un chequeo contigo mismo cada dos semanas para evaluar qué tan bien lo estás haciendo en las cuatro tareas anteriores o releer este artículo para refrescar tu memoria. Considera involucrar a uno de tus pares a hacer lo mismo. Esto les da la oportunidad de evaluarse el uno al otro, lo cual puede ser útil y motivante. Te estimulamos a que pruebes estas recomendaciones. Aunque el mindfulness no es la píldora mágica, te ayudará a seleccionar más activamente tus respuestas y a hacer escogencias calculadas en vez de sucumbir a las decisiones reaccionarias.

Autores: Rasmus Hougaard, Jacqueline Carter y Gitte Dybkjaer

Harvard Business Review

Traducción: Gerardo Tálamo, Ph.D.

Gerardo Tálamo
Psicólogo, M.Ed., Ph.D.
Tutoría en Mindfulness, Coach Ejecutivo Certificado, C.C.L. Coaching Basado en Mindfulness